lunes, 10 de agosto de 2015

El Inquisidor Torquemada y el Borg

         En un futuro lejano, un borg, en algún lugar remoto de la galaxia, realizará un viaje al pasado, a la Tierra. Llegará en una época sangrienta como pocas. La época del Inquisidor Torquemada. Como es de imaginar un borg del futuro en un pueblo español del siglo XV era algo más que inusual. Fue el mismo Tomás quien lo encontró en una de sus salas de torturas en Valladolid, sin embargo, sabía bien que ni él ni ninguno de sus hombres lo había metido allí.
"¿Quién eres?¿Cómo has entrado aquí?"
Con su voz mecánica el hombre, mas de metal que de carne y hueso, le respondió tal y como había sido programado para hacerlo:
"Serás asimilado, la resistencia es fútil". Cuando intentó acercarse al Inquisidor General sufrió un dolor de cabeza que le hizo caerse de rodillas. "No hay más voces, estoy... solo. La conexión con el colectivo se ha... ido".
Aprovechando la oportunidad sin dudarlo Tomás gritó llamando a los guardias. Éstos encadenaron al borg a una de las paredes. Y, como hacían con cualquier otro preso le patearon hasta aburrirse. La diferencia estaba en que éste preso no sentía dolor alguno, ni tan siquiera una pequeña molestia por los golpes. Por supuesto tampoco sangraba.
Durante varias semanas lo torturaron y lo interrogaron, pero averiguaron muy poco de él.
"¿Nombre? Mi denominación es nueve de nueve". "Somos borg. Seréis asimilados. La resistencia es fútil".
      Pasaron aún más días y  al llevar más tiempo separado del colectivo, su individualidad se fue haciendo más presente.
"Muy bien, nueve de nueve. ¿Porque no me hablas más sobre ese colectivo tuyo". Le preguntó Torquemada.
Nueve de nueve le contó todo sobre el colectivo. Como mejoraban asimilando a otras especies, y como funcionaban con una sola mente, el hecho de que venía del futuro, y que su origen estaba en el cuadrante Delta de la galaxia.
El pobre Inquisidor jamás había oído nada parecido. Viajes en el tiempo y cyborgs imparables era algo que aún nadie se había imaginado en su época. Sin embargo era obvio que tenía delante un hombre, en gran parte mecánico, que poseía una tecnología de la que nadie había oído hablar en el mundo conocido.
Al final, sin saber el motivo, el borg dejó gradualmente de funcionar. Murió.
Hasta ese momento, el Inquisidor General de Castilla y Aragón siempre había preferido castigar o expulsar de España a todos aquellos que no compartían su fe. Pero algo que le dijo el borg le hizo recapacitar. "Seréis asimilados". La palabra "asimilar" le hizo pensar como nunca lo había hecho antes. Sin darse cuenta, la mayoría de sus ideas cambiaron. Ya no le interesaba torturar. Eso le había cansado. Lo que entonces quería era asimilar.
Aunque se retiró pocos meses después, en 1493, habló de sus nuevas ideas con mucha, mucha gente. Al ser un hombre tan influyente, esas ideas alcanzaron la mente de incontables personas dentro de la Iglesia, tanto dentro como fuera de España. Durante los últimos cinco años de su vida, lo único que hizo fue hablar. Pero quizás eso fue aún peor que los años de torturas sin fin.
Tras su muerte se descubrieron nuevos mundos, y debido en gran parte a sus ideas, muchas culturas nuevas para los conquistadores, fueron ridiculizadas y abolidas. Las ideas diferentes se convirtieron en peligrosas. La más grande de las sectas dominaba allí donde aparecía. Quemando literalmente toda la historia que no les gustaba. Incluso luchando contra la ciencia y el progreso.

El mundo ha cambiado mucho, pero aún hoy, la más grande de las sectas, controla a una gran mayoría de la gente. Y aunque incluso fuera de la secta se quiera pensar lo contrario, el individualismo es una especie en peligro de extinción.


"Si de verdad deseas mejorar la colectividad, esfuérzate primero en mejorar tu individualidad"


2 comentarios:

  1. Me gusta además de original es histórica soy nueva en el grupo espero seguir leyéndole Enhorabuena.

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    1. Me alegro que le haya gustado, Carmen, y agradezco que se tome la molestia de dejar un comentario. Parecerá una tontería, pero hace ilusión. Gracias

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